NOMBRE: ELIAS GIGENA ENTREGADO: 23 DE MAYO 2025
“La comprensión de que tenía valor para la gente comenzó un proceso de desarraigar las
mentiras que creía acerca de mí mismo y me ayudó a descubrir quién era
- Describí lo que sabes sobre las circunstancias que rodearon tu nacimiento. ¿Recibiste de parte de tus
padres el mensaje de que tenías valor?
Mis padres me esperaban con amor, pero también con incertidumbre. No siempre me comunicaron con palabras que yo era valioso, aunque hicieron lo mejor que pudieron. A veces me sentí una carga o simplemente alguien que “estaba ahí”. Hoy reconozco que eso dejó una herida que Dios está sanando. - a- ¿Sentís que la gente valora lo que tenés para decir?
A veces siento que la gente valora lo que tengo para decir, pero lucho con pensamientos de que mis palabras no importan.
b- ¿Sentis que Dios lo valora?
Sí, siento que Dios valora lo que digo, aunque estoy aprendiendo a creerlo más profundamente. - a- ¿Con quién te sentís más amado y aceptado por quién sos?
Me siento más amado y aceptado por mi esposa
b- ¿Cómo te comunica esa persona o grupo de personas un mensaje de amor y aceptación?
Me lo comunican escuchándome con atención, animándome con sus palabras, orando por mí y haciéndome sentir valioso sin que tenga que “hacer” algo para merecerlo. - Las Escrituras nos dicen que Dios es amor, pero saber que Dios nos ama y experimentar su amor por
nosotros son dos cosas diferentes.
Describí un momento en que experimentaste el amor personal y la aceptación de Dios. ¿Cómo esa experiencia cambió la forma en que te sentías y pensabas sobre vos?
Recuerdo un momento de adoración en que sentí que Dios me abrazaba profundamente. No fue con palabras, fue con su presencia. Sentí que no tenía que demostrar nada, que Él me aceptaba como soy. Desde entonces, empecé a verme con otros ojos, como un hijo amado.
SABOTEANDO NUESTRAS RELACIONES
La falta de amor en nuestras vidas nos entrena para creer que no somos dignos de amor y que el
auto desprecio y la amargura crean un quebranto, una ruptura interna que nos hace incapaces de
recibir y contener el amor de otra persona.
El cónyuge o amigo que intenta amarte encuentra que la esperanza de tener una relación segura
contigo está gravemente amenazada por las cicatrices que ha creado la pobreza de amor en tu vida.
- a- ¿Alguna vez has tratado de amar a alguien que no se ama a sí mismo?
b- ¿Cómo respondió esa
persona a tus expresiones de amor o bondad?
c- ¿Cómo te hizo sentir su respuesta?
a. Sí, he intentado amar a personas que no se amaban a sí mismas.
b. Respondieron con distancia o con desconfianza.
c. Me sentí frustrado y triste, como si no alcanzara nunca mi amor para ellos. - a- ¿Has estado en una relación que fue saboteada por la otra persona?
b- ¿Has saboteado alguna
relación? En cualquiera de los casos,
c- ¿Sentis que comprendes lo que sucedió y por qué?
d- ¿tu inseguridad influyo en tu comportamiento o en el comportamiento de la otra persona?
a. Sí, estuve en una relación saboteada por la otra persona.
b. También reconozco que he saboteado una relación.
c. Sí, hoy comprendo que fue por miedo, por inseguridad y por no saber recibir amor.
d. Sí, mi inseguridad afectó mi comportamiento. Me hacía cerrar el corazón y poner una barrera emocional.
Una de las formas más comunes en que saboteamos las relaciones es a través de la negligencia. Las
relaciones saludables requieren demostraciones intencionales y regulares de amor: servirse
mutuamente, mostrar vulnerabilidad, estar juntos, etc. Pero si somos inseguros y una relación expone
nuestra inseguridad, es una reacción instintiva para muchos de nosotros retirarnos física, mental o
emocionalmente de la otra persona. - a- ¿Alguna vez te has acercado a alguien y luego sentiste que la relación era demasiado cercana y te
sentiste incomodo?
b- ¿Creés que estaba relacionada con tu inseguridad?
c- ¿Qué hiciste y por qué?
a. Sí, me acerqué y luego sentí incomodidad, como si me expusiera demasiado.
b. Sí, quizas estaba relacionado con mi inseguridad.
c. Me alejé un poco, puse excusas, me volví más frío. Fue un intento de protegerme.
APRENDE A AMARTE A VOS MISMO
ESCUELA CULTURA SOBRENATURAL
Si luchas con la inseguridad y auto desprecio y te resulta difícil construir intimidad y confianza en
las relaciones, la respuesta del Señor es tan cierta para ti como lo fue para Kris: “Aprende a amarte a vos
mismo tanto como yo te amo”. Considera lo siguiente Escrituras:
➢ Juan 15:9 – “Yo los he amado a ustedes tanto como el Padre me ha amado a mí…”
➢ 1 Juan 4:10-12 – “En esto consiste el amor: no en que nosotros hayamos amado a Dios, sino en
que él nos amó y envió a su Hijo…”
➢ 1 Juan 4:16 – “Nosotros sabemos cuánto nos ama Dios y hemos puesto nuestra confianza en
su amor. Dios es amor, y todos los que viven en amor viven en Dios y Dios vive en ellos.
➢ 1 Juan 4:18-19 “En el amor no hay temor, porque el amor perfecto expulsa todo temor…”
El amor perfecto de Dios es el antídoto supremo para todo nuestros miedos e inseguridades, y
experimentar la realidad del amor de Dios por nosotros es lo que nos da la capacidad de amar a Dios, a
nosotros mismos y a los demás.
Si vamos a amarnos a nosotros mismos tanto como Dios nos ama,
entonces debemos encontrar su amor por nosotros que sobrepasa todo conocimiento. Esta es la razón
por la cual el apóstol Pablo hizo una oración por vos y todos los demás creyentes en Efesios 3:14-19.
El amor de Dios es tan asombroso que ni siquiera podemos comenzar a recibirlo sin recibir una
transferencia de poder sobrenatural. ¿Quién es la persona que nos da este poder? Es el Espíritu Santo
Tomate un tiempo y habla con el Espíritu Santo y pedile que te dé Su poder para conocer Su amor.
Mientras oras, recordá la promesa que el apóstol Juan, quien tuvo uno de los las mayores revelaciones
del amor de Dios en la Biblia, registró en su evangelio y sus cartas:
Esta es la confianza que tenemos al acercarnos a Dios: que, si pedimos conforme a su
voluntad, él nos oye. Y, si sabemos que Dios oye todas nuestras oraciones, podemos estar
seguros de que ya tenemos lo que le hemos pedido. (1 Juan 5:14-15)
EMPEZAR DE NUEVO
Eddie siempre temía que no tendría lo suficiente. Su vieja vida había quedado atrás. Pero hasta
que él no dejó de creer esas mentiras, no pudo disfrutar la vida. (Vallotton, 34)
Eddie es un gran ejemplo de cómo nos comportamos todos cuando llegamos al Reino. Nuestro
comportamiento revela que no entendemos realmente lo que nos ha sucedido, y que no somos
conscientes de que no entendemos. Esta es quizás la razón principal por la que Jesús hizo las siguientes
declaraciones sobre nuestra entrada al Reino:
Les aseguro que el que no reciba el reino de Dios como un niño de ninguna manera entrará
en él. (Marcos 10:15)
De veras te aseguro que quien no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios. (Juan 3:3)
Jesús describe nuestra conversión como un nacimiento y dice que debemos llegar a ser como
niños. El mensaje es: “Tenés que empezar de nuevo”. Nuestra conversión, una vez más, no se trata solo
de ser perdonados; se trata de aprender a hacer la vida de nuevo y hacerlo de manera diferente esta
vez. Pero la mayoría de nosotros sentimos que ya sabemos algunas cosas sobre nosotros mismos y del
mundo cuando venimos a Cristo. El desafío para nosotros es que el viaje de conocer, confiar y estar
seguros de Dios significa admitir que no sabemos, que no podemos confiar en las cosas que solíamos
confiar, y no podemos estar seguros de que lo que siempre pensamos que era real, sea real. Es por eso
que es tan importante recibir un espíritu como el de un niño, enseñable y humilde.
ESCUELA CULTURA SOBRENATURAL / GENTE COMPROMETIDA CON JESÚS
Este espíritu nos ayuda a renunciar a las mentiras que hemos creído y a aprender la verdad,
particularmente sobre la provisión de Dios. Todo lo que podamos necesitar o desear está disponible
para nosotros en el Reino de Dios. Pero como Eddie, no lo vamos a ver hasta que lo creamos.
- a- ¿Qué cosas solías creer sobre vos mismo y el mundo, y descubriste que eran completamente falsas
cuando viniste a Cristo?
b- ¿Qué tan cómodo estás con la idea de que probablemente tengas algunos
descubrimientos similares por delante?
a. Solía creer que tenía que ganarme el amor, que no era suficiente, que era frágil. También creía que el mundo era un lugar peligroso donde tenía que defenderme constantemente.
b. Me resulta desafiante, pero también esperanzador. Sé que aún hay cosas que debo descubrir y sanar. - Cuando llegaste a Cristo,
a- ¿Aprendiste que ser “nacido de nuevo” significaba que en realidad habías nacido a una relación completamente nueva con Dios, que ahora sos su hijo o hija?
b- ¿Dirías que ser la hija o el hijo de Dios es lo primero que pensás de vos mismo en relación con Dios?
a. Al principio no lo entendía, pero con el tiempo fui comprendiendo que era una relación nueva con Dios: ¡ahora soy su hijo!
b. A veces sí, a veces no. Estoy aprendiendo a que sea mi identidad principal: hijo amado del Rey. - Una de las principales formas en que demostramos nuestra relación como hijos es pidiéndole cosas.
a- ¿Te acercas normalmente al Padre con tus necesidades y deseos?
B- ¿Por qué si o por qué no?
a. No siempre. A veces pienso que Dios tiene cosas más importantes que atender. Pero lo estoy aprendiendo de mi esposa que ella si sabe pedirle a Dios
b. Es una mezcla de temor e inseguridad, como si no mereciera pedir. Pero estoy aprendiendo que Él quiere que me acerque con confianza. - Pensá en el versículo de 1 Juan 5: 14-15 ¿Te sentís confiado de que cuando oras, Dios te escucha y
te contesta? ¿Por qué o por qué no?
El apóstol Pablo nos dice que nosotros, los hijos e hijas de Dios, hemos heredado todas las cosas.
(ver 1 Cor. 3: 21). La idea de que la pobreza en sí misma es una virtud, no proviene de Dios.
La pobreza es una de las principales expresiones del reino del pecado y la muerte. La pobreza de todo tipo es destructiva y refleja claramente el trabajo del diablo, que viene a robar, matar y destruir (Juan 10:10).
A veces me cuesta creer que Dios me escucha, pero cuando recuerdo su fidelidad, vuelvo a confiar. Estoy aprendiendo a orar con fe, sabiendo que Él responde aunque no siempre como yo espero. - ¿Hay algo en tu vida que no estarías dispuesto a dar o dejar si Dios te lo pidiera? Toma un
minuto para pensar al respecto y contestar honestamente.
Me cuesta entregar algunos sueños personales, como mi ministerio, mi familia o mi futuro. Pero estoy aprendiendo a decir: “Todo es tuyo, Señor. Lo entrego porque confío en vos.”
COMPLETA PROVISIÓN DE DIOS
Abraham es probablemente uno de los mejores ejemplos de alguien que no le negó nada a Dios,
incluso su posesión más preciosa. Cuando ofreció a Isaac a Dios en el Monte Moriah, recibió una de las mayores revelaciones de la naturaleza de Dios en la Biblia, la revelación de la provisión de Dios. Como resultado, Dios le dio a Abraham una de las mayores promesas de la Biblia en Genesis 22:16-18.
Abraham experimentó una medida de la provisión de Dios cuando entregó a su hijo a Dios, pero
cuando Dios nos dio a Su Hijo, lanzó la provisión completa del Cielo a la tierra.
Jesús puso todos los recursos del cielo a disposición de todos aquellos que entrarán en una relación
de hijos con el Padre a través de la fe en Él. Cuanto más comprendamos lo que logró la Cruz, más se
debe afianzar en nuestros corazones la confianza en la provisión de Dios. El miedo a la escasez es
completamente ajeno a la mente de un hijo e hija de Dios. El apóstol Pablo lo expresó de esta manera:
El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de
darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? (Romanos 8:32)
CONCLUSIÓN
El Espíritu Santo ha sido asignado a los creyentes para guiarnos a toda la verdad, particularmente la
verdad del amor de Dios por nosotros y nuestra identidad como sus hijos e hijas. Ya pasaste algo de
tiempo pidiéndole que te permita conocer su amor más plenamente. Ahora pasa un tiempo pidiéndole
que te ayude a comprender la realidad de que en Cristo todas las cosas son tuyas.