CALABOZOS Y DRAGONES
TRABAJO PRÁCTICO #3 – DE MENDIGO A PRÍNCIPE
CALABOZOS Y DRAGONES
NOMBRE: ELIAS GIGENA ENTREGADO: 30 DE MAYO 2025
La razón por la cual las cosas se desmoronan cuando un pobre se convierte en rey es porque está viviendo en una realidad virtual, conforme a los viejos patrones de pensamiento y comportamiento que contradicen directamente su nueva identidad y posición.
Algunas personas usan el poder que tiene el creer como argumento para decir que todo es relativo, y que la verdad es completamente subjetiva. El cristianismo propone una explicación diferente: que hay una verdad, que es lo que Dios dice acerca de la realidad; y también hay mentiras, que son una distorsión de la verdad promovida por el padre de las mentiras, el diablo. El hecho de que las mentiras puedan parecer reales es porque la realidad fluye del reino espiritual al reino natural, y fluye a través de “la puerta” de las creencias humanas, de la confianza y el acuerdo.
Cuando confiamos en las mentiras, en realidad estamos dando permiso para que el enemigo libere su poder destructivo en nuestras vidas para hacer de esas mentiras nuestra realidad. Pero cuando confiamos en la verdad, nos alineamos con la realidad del reino de Dios, y se manifiesta en nuestras vidas.
Entonces, ¿cómo exactamente “confías” o “estás de acuerdo con” la verdad o la mentira?
REFLEXIÓN, MEDITACIÓN E IMAGINACIÓN
El primer principio de una creencia a considerar es el siguiente: aquello en lo que te enfocas determinará tu realidad. Existe una conexión entre nuestra imaginación, nuestros pensamientos y nuestros corazones. Lo que llena nuestros sueños y nuestros pensamientos, lo que es importante para nosotros, está conectado al corazón, que es el asiento de nuestras emociones y deseos.
Sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque este determina el rumbo de tu vida. (Prov. 4:23)
Esto explica por qué en lo que nos enfoquemos se convertirá en nuestra realidad, ya que lo que capta nuestra atención, enfoque e imaginación llenará nuestros corazones. Lo que llena nuestros corazones es lo que llena nuestras vidas, porque la vida fluye desde el corazón.
1. Piensa detenidamente en los últimos días y recuerda un tiempo que pasaste imaginando o reflexionando sobre algo.
a-¿Qué era y cuál era tu estado emocional durante ese tiempo?
b- ¿Fue algo en lo que piensas mucho? Si es así, ¿cómo se conecta eso a un deseo o valor significativo en su vida?
a. Hace unos días, pasé tiempo imaginando escenarios negativos sobre mis finanzas y salud. Me sentía preocupado, muchas veces me sentía sin paz.
b. Sí, es algo recurrente. Estas reflexiones están conectadas con mi deseo de seguridad y control, valores significativos para mí. Pero cuando dejo que el temor me guíe, estos pensamientos llenan mi corazón y distorsionan mi fe.
La preocupación, la ansiedad y el temor son tan comunes en nuestra sociedad que es difícil para muchos de nosotros imaginar la vida sin ellas. La mayoría de las veces simplemente lo llamamos “estrés”. ¿Pero sabías que las raíces de las palabras preocupación y ansiedad en realidad significan “estrangular” o “ahogar“? Esto revela la verdadera naturaleza del temor, la ansiedad y el estrés: la realidad que estas cosas crean en nuestras vidas es destructiva para nuestros cuerpos, mentes y emociones.
2. Describe un momento en que experimentaste o viste el poder de la ansiedad en tu vida o en la vida de alguien que conoces. ¿Cómo te afectó a ti o a la persona que conoces física, mental y emocionalmente?
Recuerdo que cuando tenía 18 años vivía bajo mucho control por parte de mis padres. En una ocasión, fui a visitar a una chica que me gustaba a la ciudad de Río segundo, y cuando regresé a casa me enfrenté con una presión tan intensa, una mirada tan cargada de juicio y una sensación tan fuerte de que no podía tomar decisiones por mí mismo, que simplemente colapsé. Esa noche lloré profundamente.
Lo más impactante fue cómo ese momento de ansiedad me afectó físicamente. Desarrollé un tic nervioso en el ojo que duró bastante tiempo, y también comencé a tener problemas para orinar, como si mi cuerpo también se sintiera atrapado, sin libertad para fluir. Mentalmente me sentía confundido, atrapado entre mi deseo de avanzar en mi vida personal y el temor a romper con las estructuras que me rodeaban. Emocionalmente me sentí profundamente frustrado y con una tristeza silenciosa que cargué durante mucho tiempo.
Con los años ese episodio me ayudó a darme cuenta del poder destructivo de la ansiedad cuando no es tratada con verdad, amor y libertad en Cristo.
Tanto Jesús como el apóstol Pablo nos instruyeron a que no nos preocupemos ni nos angustiemos, porque si lo hacemos estamos de acuerdo con mentiras. El apóstol Pablo también nos dio una receta sobre cómo proteger nuestros corazones contra la ansiedad en medio de los problemas. Él dijo:
No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. Y la paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús. Y ahora, amados hermanos, una cosa más para terminar. Concéntrense en todo lo que es verdadero, todo lo honorable, todo lo justo, todo lo puro, todo lo bello y todo lo admirable. Piensen en cosas excelentes y dignas de alabanza. (Filipenses 4:6-8 NTV)
3. Lo primero que Pablo nos dice que hagamos es dar nuestras peticiones a Dios. ¿Por qué crees que es importante la acción de gracias en nuestras peticiones?
La acción de gracias es esencial porque cambia nuestra postura interna. En lugar de venir con quejas o miedo, agradecemos lo que ya hemos recibido, recordamos Su fidelidad y abrimos espacio a la paz de Dios. Nos ubica en una actitud de humildad y confianza en que Él tiene el control.
4. Describe un momento en que sentiste la paz que sobrepasa el entendimiento. ¿Esta experiencia coincidió con un cambio en tu forma de ver las circunstancias?
Una de las experiencias más profundas de paz que sobrepasó mi entendimiento ocurrió en el año 2024, cuando junto a mi familia pudimos comprar una casa en Carlos Paz. Esta victoria tuvo un significado especial para mí, porque en el año 2020 habíamos atravesado una estafa que me llenó de ansiedad, incertidumbre y dolor. Fue un tiempo muy duro, donde parecía que todo lo construido se venía abajo.
Sin embargo, cuando recibimos las llaves de nuestra casa, sentí algo que no puedo explicar con lógica humana: una paz que no venía de las circunstancias, sino de la fidelidad de Dios. Era como si el cielo dijera: “Te devuelvo el doble por tu vergüenza” (Isaías 61:7). Esa paz me envolvió el corazón y me hizo comprender que, aunque el proceso fue largo y doloroso, Dios nunca dejó de escribir mi historia.
Fue en ese momento donde entendí lo que significa recibir una paz que no depende de lo que veo, sino de lo que creo. Esa paz sanó heridas, restauró mi fe, y me hizo confiar aún más en que Dios no se olvida de lo que vivimos, y siempre recompensa a los que esperan en Él.
Lo último que Pablo nos dice que hagamos se relaciona con el principio que hemos estado considerando. Después de haberle dado a Dios nuestras peticiones debemos comenzar a llenar nuestras mentes con las cosas correctas para que podamos construir un acuerdo con la realidad del reino.
5. Dedica un tiempo y enlista algunas cosas que vengan a tu mente y cumplan con los siguientes criterios que el apóstol Pablo nos recomienda en Filipenses: Justo – Puro – Amable – Admirable – Digno de alabanza
Justo: Ayudar a un necesitado sin esperar recompensa.
Puro: La fidelidad en el matrimonio.
Amable: Una conversación con alguien solo para escucharlo.
Admirable: La historia de una madre que perdona al asesino de su hijo.
Digno de alabanza: El testimonio de alguien que salió de las drogas y hoy predica la Palabra.
RESPONDIENDO AL LLAMADO DE DIOS
Muchos de nosotros pasamos mucho tiempo de nuestra vida reaccionando a lo que no queremos ser en vez de responder al llamado de Dios para nosotros. (Vallotton, 41)
6. ¿Has hecho cosas que específicamente tratabas de no hacer? Si es así, ¿crees que fue por reaccionar a lo que querías evitar en lugar de responder a Dios?
Sí. A veces reaccioné con enojo porque no quería parecer débil, y también por la inseguridad. En el fondo, estaba reaccionando a lo que quería evitar (ser como alguien que me hirió) en vez de responder al llamado de Dios para ser manso y paciente.
7. ¿Dirías que eres una persona que pasa la mayor parte del tiempo con una mentalidad positiva o negativa? ¿Cómo te va con eso?
Tengo una mentalidad positiva y trato de inculcarle eso a mi esposa y a mis hijas. Con los años he aprendido a renovar mi mente con la Palabra, pero aún lucho. Cuando me enfoco en lo bueno, todo cambia: tengo paz, claridad y visión.
8. Dedica unos momentos a escribir algunos de los aspectos principales de quién Dios te llamó a ser. ¿Cuánto tiempo pasas meditando en esto?
Dios me llamó a ser un restaurador, a orar por sanidad en la gente, un líder espiritual, alguien que rompe cadenas y libera a otros. Me llamó a ser un esposo fiel, un padre amoroso y un pastor generoso. Medito en esto… pero reconozco quejhhjjjñppppppp aún necesito hacerlo más seguido y con más intención.
LA FALTA DE PERDÓN
La falta de perdón hace que desperdiciemos nuestra vida intentando ajustar cuentas en vez de cumplir nuestro propio destino al caminar en nuestro llamado. (Vallotton, 42)
La mentira que creemos, cuando nos fijamos en el daño que otras personas nos hicieron o en el que nosotros hicimos, es que esas cosas son una realidad mayor que lo que Dios ha hecho y hará por nosotros. Perdonar a los demás y a nosotros mismos nos ayuda a romper nuestro acuerdo con esa mentira. Esta es casi la misma mentira que creemos cuando permitimos que los celos entren en nuestros corazones. Creemos que lo que otra persona tiene es mayor que lo que Dios tiene para nosotros. Creer en estas mentiras nos pone de acuerdo con los espíritus de la amargura y los celos, permitiéndoles traer su destrucción a nuestras vidas.
9. ¿Alguna vez sentiste que nunca podrías superar algo que hiciste o que alguien te hizo? ¿Alguna vez sentiste que el éxito o las posesiones de otra persona te han hecho sentir menos de alguna manera? Describe una de esas situaciones y escribe cómo estas creencias afectaron tu comportamiento y emociones.
Sí, me costó perdonarme por errores pasados que dañaron a otros, siempre pido perdón. Eso me hizo sentir indigno y pequeño. Además, ver a otros progresar más rápido me llevó a compararme y desvalorizarme. Eso me hizo callar, esconderme, evitar asumir desafíos.
LA BATALLA REAL
Pablo nos dijo que la transformación en nuestras vidas es el resultado directo de la renovación de nuestras mentes (ver Romanos 12:2). Nuestro comportamiento solo cambia cuando cambiamos la forma en que pensamos y creemos. Es por eso que en este reino de fe, confianza y acuerdo con la verdad o con la mentira es en donde se encuentra la verdadera batalla de nuestras vidas. Pablo también dijo:
Usamos las armas poderosas de Dios, no las del mundo, para derribar las fortalezas del razonamiento humano y para destruir argumentos falsos. Destruimos todo obstáculo de arrogancia que impide que la gente conozca a Dios. Capturamos los pensamientos rebeldes y enseñamos a las personas a obedecer a Cristo. (2 Corintios 10:4-5 NTV)
¿Qué son las armas de guerra? ¿Qué cosa tiene el poder de romper el efecto de las mentiras en nuestras vidas? La Verdad, las verdades del reino son las armas que destruyen las mentiras y transforman nuestras mentes y nuestras vidas, porque no solo exponen la realidad inferior y falsa de las mentiras, sino que también nos llevan a la realidad superior del Reino.
10.Piensa en una situación, tuya o de alguien más, donde haya amargura, celos o ansiedad. Ora y pide al Espíritu Santo que te revele la verdad que puede reemplazar esas mentiras. Escribe lo que recibas.
Cuando fui estafado, sentí una profunda amargura. Me dolía ver a la persona que me había causado tanto daño. Cada vez que la cruzaba o escuchaba su nombre, algo se revolvía dentro de mí. Mi reacción era evitarla, huir, hacer como si no existiera. No quería verla, y mucho menos enfrentar el dolor que eso me provocaba. Esa amargura comenzó a robarme la paz y a endurecer mi corazón sin que me diera cuenta.
Orando al Espíritu Santo, Él me mostró una verdad poderosa: que mi libertad no dependía de lo que esa persona hiciera o dejara de hacer, sino de lo que yo eligiera hacer con lo que me pasó. Sentí que el Espíritu me decía: “Tu corazón me pertenece, no se lo entregues al rencor. El perdón no es decir que estuvo bien, es decidir que eso ya no te va a gobernar”.
En ese momento, entendí que perdonar no es justificar al otro, sino liberarme a mí mismo del peso del odio. Pude declarar: “Yo no soy una víctima, soy un hijo del Rey que sabe que su justicia es perfecta”. Desde ese día, empecé un proceso de sanidad donde la verdad de Dios reemplazó la mentira que me decía que debía quedarme atado al dolor.
CONCLUSIÓN
Tomando la verdad que el Espíritu Santo te ha revelado sobre las situaciones que has estado considerando en las últimas dos preguntas, pasa un tiempo haciendo un acuerdo con Él. Dale tus peticiones, con acción de gracias. Perdona verbalmente a cualquier persona que necesites perdonar, incluido a vos mismo. Renuncia a cualquier mentira que hayas creído y declara la verdad. Luego recibí su paz, su perdón, su amor y su verdad para tu vida.
“Señor, hoy renuncio a la mentira de que mi pasado me define. Perdono a quienes me hirieron y me perdono a mí mismo. Renuncio a los celos, la amargura, el miedo y declaro que soy lo que Tú dices que soy. Recibo tu paz, tu amor y tu verdad. Guíame a vivir como un verdadero hijo del Rey. Amén.”